Dublineses es el primer libro de Joyce; una rendición de cuentas a su ciudad, hecha por un autor que decía que Irlanda era una cerda que se comía a sus hijos. Dentro del volumen aparece un relato “Los muertos”, considerado por Harold Bloom el más triste del mundo, pero también el más hermoso, y el de una mayor perfección técnica. No me resisto a citar su final: “Su alma se desvaneció lentamente al escuchar la nieve que bajaba leve a través del universo y caía débil, como el descenso de su último fin, sobre todos los vivos y los muertos”
Del cuento el gran Houston, otro irlandés de pro, realizó su película más triste; lo cual no es decir poco del autor de Fat City o Bajo el volcán.
La lectura de Joyce supone un reto para cualquier aficionado; pero como decía Truman Capote: “He decidido empezar por arriba”.
viernes, 17 de diciembre de 2010
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